"El yoga te lleva al presente, el único lugar donde la vida existe".

Patanjali

Para la mujer

A partir de la adolescencia las mujeres experimentamos muchos cambios en todos los aspectos a través de la fertilidad, la maternidad, la menopausia y la vejez. Es esencial conectar y conocer nuestro cuerpo, nuestros ciclos y su comportamiento para poder afrontar estos cambios con naturalidad y calma.

La práctica del yoga puede adaptarse a las necesidades cambiantes de cada etapa, y nos ayuda a encontrar el equilibrio físico y emocional, así como la autoaceptación.

Amplia nuestra energía vital, fomenta nuestra creatividad y potencia nuestro poder personal, ofreciéndonos mayor confianza y seguridad en nosotras mismas.

Para embarazadas

Para cualquier mujer, sobre todo si somos primerizas, el periodo de embarazo está lleno de dudas. A pesar de ser el proceso más natural, es a la vez desconocido y pueden aparecer preocupaciones, tensiones y molestias que no habíamos tenido antes. Para paliar esta situación podemos recurrir al yoga, puesto que sus beneficios ayudan a que la gestación, el parto y el postparto se desarrollen de la forma más sana y relajada posible.

El yoga nos permite establecer un contacto íntimo y consciente con nuestro cuerpo, creando un espacio para comunicarnos con nosotras mismas, nuestro bebé y el proceso de crear vida. El yoga favorece vivir todos los cambios que acontecen de manera activa y consciente con plenitud, felicidad y salud.

Para mamás y bebés

Espacio para continuar haciendo yoga después del embarazo y el parto, en una etapa donde todo es nuevo, tanto para la madre como para el bebé, donde nos estamos empezando a conocer y el cansancio, el desconocimiento y los miedos pueden aparecer y debilitarnos. Por eso es necesario encontrar un momento para parar, relajarnos y compartir con otras mujeres ese momento tan vital.

La práctica del yoga en el postparto con los bebés nos permite escuchar al cuerpo en un momento que solemos desatenderlo, porque el bebé ocupa toda nuestra atención, y tomar conciencia de las necesidades físicas y emocionales personales que tenemos, a la vez que fortalecemos el vínculo con nuestro hijo o hija.

Las clases van dirigidas a un trabajo específico para ayudar a recuperarnos físicamente del parto y facilitarnos un tiempo de relajación y meditación donde tranquilizar la mente y calmar las emociones. El yoga para madres y bebés permite darte este tiempo de salud, para disfrutar con tu hijo o hija, a la vez que te cuidas haciendo yoga conjuntamente.

En familia

Yoga significa unión. Practicando yoga en familia se transmite esta unión con el compartir, reforzando lazos afectivos. Con dinámicas basadas en juegos sensoriales, asanas (posturas), ejercicios de respiración y relajación, potenciamos nuestras relaciones mejorando nuestra salud, estabilidad y felicidad personal y familiar. Compartir esta experiencia con nuestros hijos es la mejor manera de proporcionarlos seguridad, energía y equilibrio con el apoyo incondicional de los padres.

Los niños y niñas se benefician de lo mejor de esta práctica: la calma y la tranquilidad. Se mejora su concentración, aumenta su autoestima, fortalecen la espalda, mejoran la postura corporal, aprenden a conocer y gestionar sus emociones. Los adultos, por su parte, también conocerán estos y otros muchos beneficios, pero sin duda el mejor para todos será compartir un momento tan enriquecedor y saludable en familia.

Para niños y niñas

El yoga es una manera divertida y saludable de poner a los niños en movimiento. Además de aportarles fuerza y elasticidad, les ayuda a relajarse y a cuidar su propio cuerpo desarrollando el autoconocimiento y la conciencia corporal.

De una manera no competitiva pero sí muy divertida y creativa, creamos un juego donde estirando, flexionando, moviendo, descansando, respirando, cantando y meditando, los niños y niñas aumentan su fuerza, flexibilidad y sensibilidad, siendo conscientes de su conexión cuerpo–corazón–mente.

En las clases de yoga, fortalecen y mejoran la postura corporal, trabajando a la vez el equilibrio, la coordinación y las destrezas motoras, aprenden a respirar correctamente, liberan tensión y estrés e incrementan la atención y la memoria. Un espacio que les aporta confianza y amor para que se sienten libres de expresarse, de conocerse y de quererse tal cual son, aumentando así la su autoestima.

En pareja

Practicar yoga en pareja es uno de los hábitos más saludables que podemos poner en práctica en beneficio de nuestra relación, enriqueciéndola desde otro espacio. Es importante parar en la vorágine del día a día y reencontrarnos, dedicándonos tiempo, presencia y complicidad.

En la práctica trabajamos desde el cuerpo, la mente y el corazón, con ejercicios para activar la mente neutral, donde el juicio no tiene cabida, donde confiar y dejarse ir con la certeza del sostén mutuo, donde abrazar y acompañar al/la otr@ en su proceso y transmutar cualquier limitación mental.

Por otro lado, meditar en pareja es entrar junt@s en un espacio sin filtros, en el que nos desnudamos a otro nivel, conectamos con la esencia más pura y el sentimiento más sincero. Un espacio donde sobran las palabras, donde prima la presencia y el amor.

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